Mineros chilenos: las dificultades del rescate
Los 33 mineros chilenos atrapados bajo tierra desde el 5 de agosto tienen una importante tarea que desempeñar en su propio rescate.
La alternativa elegida para traerlos de regreso a la superficie contempla el uso de una perforadora Raise Borer 950, que llegó a la mina en tres camiones.
Para poder llegar al refugio en el que los mineros han sobrevivido todos estos días -a temperaturas de entre 32 a 36 grados centígrados y con mucha humedad- la perforadora deberá taladrar un túnel vertical de 38 centímetros de diámetro y 688 metros de profundidad.
En esta operación, casi quirúrgica, los mineros deberán a continuación adosarle una cabeza perforadora a la barra, siguiendo instrucciones enviadas desde el exterior.
Una vez completado este paso, la Raise Borer -un escariador que pesa cerca de las treinta toneladas- comenzará a taladrar la piedra en dirección hacia la superficie, ensanchando el túnel hasta alcanzar los 66 centímetros de diámetro.
Terminada esta etapa, cada uno de los mineros será jalado hasta la superficie en una jaula individual, en un viaje que puede durar una hora.
Tiempos y escombros
Según el ingeniero de minas Enés Zepeda, director de la Federación de Sindicatos, Supervisores y Profesionales de la Corporación del Cobre, el operativo de rescate producirá unas 1.000 toneladas de tierra removida.
Esta tierra, según Zepeda, tendrá que ser desplazada por los mismos mineros atrapados para poder hacer funcionar el sistema de rescate individual.
El proceso durará entre tres y cuatro meses porque el escariador no puede trabajar a una velocidad mayor de 15 metros por día.
Y antes de que empiece a funcionar el Raise Borer, la operación de rescate necesita tener funcionando tres sondas diferentes: una para mantener la comunicación, la segunda para el envío de suministros y la tercera para mejorar la ventilación.
Según el colaborador de la BBC en Chile, Rodrigo Bustamante, la mayor preocupación de los trabajadores atrapados es tener suficiente ventilación.
clicLea también: El rescate de los mineros tomará meses
Un abanico de emociones
Hasta el momento, los mineros también han experimentado todo un abanico de emociones.
A la noticia del derrumbe, el 5 de agosto, le sucedieron dos semanas de creciente angustia.
Y la angustia le cedió el paso a la euforia el 22 de agosto, cuando pudieron contactarse por primera vez con el exterior.
De ahora en adelante, prevalecerá la ansiedad propia de un complejo y largo rescate.
Y su propio esfuerzo será vital para poder regresar a la superficie.
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